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Aproximadamente un camión de basura lleno de plástico termina en el mar cada minuto; un total de 8 millones de toneladas anuales, según el World Wildlife Fund (WWF). El embalaje es el principal responsable: un 40% del total del plástico producido está destinado a artículos de un solo uso.

Debido a esto, algunas de las empresas más grandes del mundo están lanzando proyectos para reducir el desperdicio —y de paso atraer a los consumidores conscientes del medio ambiente— eliminando el plástico de los envases y envoltorios. En mayo, las principales empresas de consumo se asociaron con WWF en una iniciativa para reducir el desperdicio plástico en 10 millones de toneladas.

  

 

Unilever lanzó en mayo un proyecto para implementar envases rellenables en nueve de sus marcas para 5.000 compradores de Nueva York y París. (La idea es que alguien que termina una botella de champú, por ejemplo, la pueda enviar de vuelta al fabricante para que la rellene). El proyecto piloto se extenderá a Canadá, y Japón, el próximo año. La empresa de reciclaje TerraCycle está trabajando con otras dos grandes empresas, incluidas Procter & Gamble y PepsiCo, en iniciativas similares.

 

En diciembre, Nestlé anunció la creación de una unidad de investigación dedicada (Nestlé Institute of Packaging Sciences) para crear rápidamente prototipos a partir de soluciones potenciales con el objetivo de que todos sus envases sean reciclables o reutilizables hacia 2025.

 

El año pasado, Closed Loop Partners lanzó un desafío de innovación para encontrar una alternativa factible a escala global para los vasos de fibra desechables. Más de 250 billones de vasos de fibra se usan por año y la inmensa mayoría de ellos termina en rellenos sanitarios. Algunas de las principales empresas, como Starbucks, McDonald’s y Coca-Cola evaluaron cerca de 500 ideas provenientes de 50 países para identificar a una docena de finalistas. Seis de estos ingresaron al programa acelerador y se espera comenzar la fase de ejecución de pruebas beta en el mundo real este año. El acelerador otorgará a los equipos participantes una oportunidad de examinar los conceptos. En última instancia, los vasos seleccionados deberán ser amigables con el medio ambiente, asequibles a gran escala y prácticos en términos de regulaciones, entornos e infraestructuras de reciclaje internacionales. Será clave realizar constantes pruebas y prototipos, senala Daniel Liswood, Director de NextGen Consortium, una iniciativa del Centro de Economía Circular de Closed Loop Partners. “Los equipos deberán trabajar de cerca con proveedores y fabricantes para asegurarse de que sea factible fabricar estos vasos de la próxima generación con equipos existentes y sin ocasionar una disrupción significativa a los procesos actuales”, sostiene Liswood, quien trabaja en Nueva York, estado de Nueva York, EUA. “La evaluación de la capacidad industrial a escala comercial es un paso clave anterior a la ejecución de pruebas en el mercado, y el proceso puede ser costoso y consumir una gran cantidad de tiempo”.

Los equipos de proyecto deben enfrentar una diversidad de requisitos, lo que incluye abordar en detalle criterios como: ¿Es el vaso lo suficientemente fuerte para permanecer en un portavasos en diferentes climas? ¿El vaso tiene efecto sobre el sabor? ¿Mantiene calientes las bebidas?

Una vez realizado todo el análisis, los equipos de proyecto también deben ganarse a los consumidores. La consideración de todos estos requisitos convierte a la eliminación del desperdicio plástico en una tarea más lenta de lo que algunos quisieran. “Desplazar el vaso recubierto de polietileno no será algo que ocurra de la noche a la mañana”, advierte Liswood. “Escalar una solución en particular probablemente sea una tarea gradual en un principio”.

Carlsberg Group, fabricante de cerveza hace 172 años, de Copenhague, Dinamarca, tenía en cuenta a sus clientes y minoristas cuando desarrolló prototipos para su proyecto de rediseño de envases.

En 2018, el grupo cervecero anunció una iniciativa que reemplazaría los envases de plástico de sus paquetes de seis cervezas con un innovador pegamento que, al implementarse completamente, reduciría el desperdicio en 1.200 toneladas métricas por año. Snap Pack, como se le conoce, es solo parte de una iniciativa mayor que busca lograr una reducción del 50% en las emisiones de carbono en sus cervecerías hacia 2022 y una reducción de 30% en las emisiones de carbono de la empresa hacia 2030, señala Myriam Shingleton, Vicepresidente de Desarrollo de Productos de Carlsberg Group en Copenhage, Dinamarca.

El proyecto Snap Pack de tres años, junto con otras innovaciones, como la envoltura retráctil reciclable y la tinta de envases amigable con el medio ambiente, fue desarrollado en asociación con especialistas y científicos externos, agrega. Su retroalimentación resultó crítica durante el desarrollo, pero también lo fueron las habilidades de los usuarios finales. “Interactuamos regularmente con clientes para evaluar el desempeño de este nuevo envase y para conocer sus perspectivas. También nos involucramos en algunas conversaciones con los minoristas para verificar su interés y para evaluar de qué forma podría Smart Pack satisfacer su estrategia de reducir el consumo de plástico”, dice Shingleton.

La empresa ha continuado sus esfuerzos, aunque Shingleton hace notar que probablemente no logren un retorno de la inversión positivo en el corto plazo. Esta estrategia está alineada con la misión general de la empresa: Carlsberg está gobernada por una fundación que devuelve sus ganancias a la sociedad, de forma que la sostenibilidad es un componente central de la visión a largo plazo de la empresa.

Estas iniciativas tienen asociada una gran medida de riesgo: las empresas están invirtiendo en proyectos con un retorno de la inversión incierto. Como resultado, los equipos están adoptando un enfoque iterativo e incorporando la retroalimentación de los usuarios en sus diseños para que los productos cumplan una gran cantidad de requisitos.

 

 

Puedes conocer más sobre este tema en nuestro último vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=uPW3_JIfaSY

Artículo “Bien envasado”, PMP y de la revista PM NETWORK de Septiembre 2019, revista del PMI.

PMNETWORK, PMI, PMP son marcas registradas del Project Management Institute.

 

El ciclo de vida iterativo está relacionado directamente con las metodologías ágiles para la ejecución de proyectos. Se trata de ir obteniendo parte del producto por pequeños bloques, a los que se denomina iteraciones o ciclos de desarrollo, dentro del ciclo de vida de un proyecto en su conjunto.

Recuerda que en EIGP te ofrecemos diferentes cursos relacionados con las metodologías ágiles, como nuestro Curso de Preparación para la Certificación Agile Certified Practitioner (PMI-ACP)®. Dicha certificación valida tu capacidad de comprender y aplicar los principios y prácticas ágiles en los proyectos. También reconoce el conocimiento de los principios ágiles, prácticas y herramientas y técnicas a través de las metodologías ágiles.

Otras opciones son el Curso de Certificación SCRUM MASTER DE SCRUM MANAGER® «Nivel Experto», el Curso de Preparación para la Certificación SCPO® y el Curso de Preparación para la Certificación SMPC®. Todos ellos relacionados con Scrum, una de las metodologías de gestión de proyectos más demandadas debido a la rápida difusión que han tenido en el sector tecnológico las metodologías de desarrollo ágil. Éstas se caracterizan por gestionar el trabajo mediante iteraciones durante todo el ciclo de vida del proyecto, de tal manera que al finalizar cada una de éstas obtenemos feedback sobre el trabajo realizado y se vuelven a evaluar las prioridades del proyecto.