Corre el año 1982. En Estocolmo, Suecia, está a punto de suceder algo excepcional: Un colombiano, Gabriel García Márquez, recibirá el premio Nobel de Literatura. Viste un precioso liki liki, prenda que se utiliza en la costa atlántica para las ceremonias especiales. Impertérrito avanza por la escalerilla que lo conduce al escenario. En su mente retumban los recuerdos de su obra máxima y por la cual es premiado: ‘Cien años de Soledad’. Ahora en el sitio de honor pronuncia su discurso de aceptación del Premio Nobel 1982: ‘La soledad de América Latina’.

Comenta sobre el libro fantástico que escribió Antonio Pigafetta, navegante florentino que acompaño a Magallanes en su primer viaje alrededor del mundo. La fabulosa historia narrada es la confirmación de su imaginación y del realismo mágico que ha enseñado. La obra del nuevo Premio Nobel es reconocida por la humanidad entera. Esto lo llena de alegría y alienta sus deseos de continuar trabajando. Una ovación le acompañó cuando el Rey de Noruega le entregó el galardón en el edificio del Ayuntamiento.

Corre el año de 1997 y en Barranquilla, Colombia, nace una nueva estrella: Shakira. Se pasea por todos los escenarios con un éxito abrumador. Cada día se esfuerza por presentar un espectáculo de mejor calidad y cuida su voz y su expresión corporal para ofrecer a sus admiradores un momento de paz y sosiego. ¡Cuánto trabajo! ¡Cuánta dedicación! La alienta una fuerza superior: El aplauso de su público. Este reconocimiento hace que su corazón se desborde de alegría y su labor sea cada día excepcional. Ella es exigente con todos sus colaboradores. Todos deben estar comprometidos con la excelencia y ello hace que, junto a su líder, logren el reconocimiento de su juez supremo: el público. Los aplausos de los asistentes señalan cuando han obtenido la aprobación.

La ciudad gallega de Iria Flavio ve nacer a uno de los escritores más emblemáticos en la lengua castellana: Camilo José Cela. Su extensa obra constituye un legado para las letras castellanas. Entre los muchos reconocimientos recibió más de una veintena de doctorados ‘honoris causa’ de las mejores universidades del mundo. En 1987 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las letras. Su obra ‘La colmena’ le permitió disfrutar del Premio Nobel de Literatura del año 1989.

Con ello se cumplió su máxima aspiración y con esta, finalmente, comprende que ha recibido el reconocimiento a su obra. Jamás cejó en su lucha hasta conseguir la máxima distinción a nivel mundial. Nos enseña la persistencia y la fuerza de voluntad.

Aquellos quienes con su valentía y arrojo fundaron la nación, son admirados y se constituyen en fuente de inspiración para los jóvenes y de cimentación de formación para los mayores. Su obra es estudiada y las lecciones aprendidas de ellos conducen a sus estudiosos a reconocer su aporte indudable.

Toda persona que ejerce alguna actividad que se dirige a masas importantes de público, lectores, admiradores o detractores tienen algo en común: Necesitan el reconocimiento de su labor: El aplauso, la felicitación, en fin: ¡El reconocimiento!

Una característica del ser humano es su capacidad de trabajo. Las personas que eligen como camino para desarrollar su quehacer el de la ‘Construcción del Conocimiento’ deben vencer grandes retos. Han de comenzar de la mano de sus padres la cimentación de bases sólidas: Principios morales, valores espirituales y sentido de la responsabilidad, entre muchos.

La preparación académica que se exige es cada vez mayor. Cervantes menciona al Bachiller Sansón Carrasco como un verdadero letrado, quien señala comportamientos y desarrollo personal a sus coterráneos 1. ¡Cómo han cambiado los tiempos! Hoy, en este Siglo XXI, para poder competir en el mundo empresarial, es vital poseer, por lo menos, un MBA 2.

Ser ingeniero, economista o administrador ya es poco. Se requiere dominio de la lengua materna hablado y escrito. ¿Por qué esta puntualización? Porque en el mundo del los negocios es imperativo aprender el arte de hablar bien ante un determinado público. Impecable dicción y poseer un vocabulario amplio son necesarios. La adecuada expresión corporal es una ventaja. Pero, además, estas mismas características las debe manejar en inglés.

Estos son los requisitos para el ‘Ejercicio de la Inteligencia’ en el Siglo XXI. Los Gerentes de Proyecto tienen el privilegio de dirigir y gestionar a estas personas. ¿Difícil? Bueno, usted tiene que aprender varios elementos fundamentales: Planear, Dirigir y Controlar. Igualmente se presenta un desafío mayor: Comprender los temperamentos de los miembros de su equipo, de cada uno y buscar la forma más apropiada de orientarlos. Para cumplir el logro de los Objetivos. Este trabajo es interesante e importante.

Generalmente los gerentes olvidan reconocer los logros de los empleados quienes le colaboran. Y acá viene una recomendación especial. Recuerde: Un actor requiere del aplauso del público, de su público, de aquellos quienes están en capacidad de comprender el valor de su preparación y entrega. Sus colaboradores tienen la misma necesidad: el Reconocimiento. Unas palabras oportunas de felicitación tendrán un poder mágico: El incrementar la autoestima. Con este sencillo procedimiento se acrecentará la productividad de su equipo.

Siempre el foco de su gestión debe acompañar a los Objetivos Estratégicos de la organización. Ellos son el derrotero de la empresa. Los podrá cumplir con el apoyo de sus colaboradores, motivados y con el reconocimiento por su labor.

 

1 Don Quijote de la Mancha, Capítulo IV, página 445, Editorial Panamericana, 1997

2 Master on Business Administration

Germán Bernate