Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Dr. David Hillson, FIRM, HonFAPM, PMI Fellow

 

Además de ser capaz de ser flexible en su estilo de facilitación al encontrarse con diferentes retos del taller de riesgo y con diferentes técnicas de identificación del mismo, el facilitador de riesgo también necesita manejar a las personas que participan en el taller. Desafortunadamente, es común encontrar al menos algunos participantes en cada taller de riesgo que no están completamente comprometidos con su éxito, o que no están dispuestos a contribuir libremente.

 Hay siete tipos de bloqueadores del taller, y los facilitadores de riesgo necesitan saber cómo manejarlos de forma apropiada.

  • Agresivo. Estas personas no quieren estar en el taller, piensan que es una pérdida de tiempo, y se oponen de forma activa a lo que el facilitador está intentando conseguir. Hacen ruido a menudo, argumentan y son críticos, y su comportamiento distrae a otros para que no contribuyan.
    • Cálmales. Dales tiempo para que den su opinión, y no argumentes con ellos, escúchales pacientemente, y utiliza un lenguaje conciliador. Si es necesario habla con ellos fuera de la reunión en un descanso, pídeles más tolerancia, buscando su apoyo activo.
  • Demandante. Todo es incorrecto para alguien que se queja, desde el tamaño de la sala o la temperatura a la hora y la duración de la reunión, la lista de participantes, el tipo de café y las galletas, la agenda y el alcance del taller, etcétera.
    • Retrasa. Escucha sus quejas, y reconoce que todo es válido. Luego llega al acuerdo de tratar las preocupaciones fuera de la reunión. Trata los temas urgentes primero durante un descanso, y el resto de temas más tarde.
  • Sábelo todo. A algunas personas les encanta expresar su opinión y demostrar su experiencia o conocimiento de un tema, incluso cuando no son expertos en realidad. Tienen opiniones firmes y las expresan con confianza. Son los primeros en responder a cada pregunta, a menudo desestimando las visiones de otros como ignorantes o ingenuos.
    • Aplaza. Reconoce su experiencia válida, y repite su opinión para que sepan que les has escuchado y apreciado, entonces extiéndete en su opinión si es posible, siendo constructivo para retomar la iniciativa.
  • Agradable. Mientras que los individuos agradables pueden parecer los amigos del facilitador, a menudo fallan al compartir su verdadera opinión por miedo a ofender a alguien o a ser criticados. Sonríen y asienten animosamente, pero les asusta no estar de acuerdo con otros, y frecuentemente son reacios a hablar primero en cualquier debate.
    • Dirige. Invítales a que no sean “tan agradables”, y rétales a que expresen sus verdaderas opiniones. Pídeles que contribuyan de vez en cuando.
  • Negativo. Estas personas están en principio en desacuerdo con otros, viéndolo como su papel para dar el punto de vista opuesto (incluso si no lo creen). Minan al facilitador y a otros participantes generando dudas sobre la verdad o la fiabilidad de sus opiniones, y previenen el consenso mediante la consiguiente negación.
    • Separa. Mantén un grado de neutralidad, no permitiéndoles tenerte a su lado criticando a otros. Acepta puntos de vista alternativos válidos, pero enfócate en compromisos realistas. Despersonaliza su oposición, hazlo sobre el proceso o sobre el principio pero no sobre la persona.
  • Esquivador. Para el esquivador, nunca hay información suficiente para hacer un juicio firme o para dar una opinión clara. Desean retrasar todo hasta más tarde, cuando haya más datos disponibles o se haya progresado más.
    • Delega. Explora las razones por la que están reticentes a ofrecer una opinión sobre los datos disponibles, averigua exactamente qué información adicional necesitan, y encárgales una acción para que asistan a la siguiente reunión. Anímales a dar una evaluación provisional de los datos actuales.
  • Callado. Algunas personas rechazan contribuir. Se sientan tranquilamente pero no hablarán para dar su opinión, incluso cuando se les reta o se les invita específicamente a hacerlo.
    • Rechaza. No aceptes su falta de participación o su retirada. Haz preguntas abiertas, espera una respuesta de ellos, utiliza el silencio como motivador. Háblales en privado para animarles a participar.