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2020 será uno de esos años malos que todos queramos olvidar pero que sin embargo nadie nunca podrá borrar de su memoria. Demasiadas son las cosas malas que pasaron y muchas las pérdidas que nos ocasionaron en términos profesionales y económicos, pero sobre todo personales y familiares.

   


2020 fue el año de la distopía, en donde el verso del poeta “nunca sabrás lo que es bastante, hasta saber que es más que bastante” se hizo tristemente realidad, y nos arrastró a lo más profundo de las aguas, allí en donde no hay hoja de ruta y los peces nadan sin luz. 2020 fue el año de la incertidumbre, en donde esos marcos controlados que nos enseñaron para manejar nuestras vidas y proyectos se quedaron vacíos, y en pocos días pasamos de lo complicado a lo complejo y de lo complejo a lo caótico. 2020 fue el año de la fragilidad, en donde todos y cada uno de nosotros, ricos y pobres, ciudadanos del sur o del norte, mujeres o hombres, estuvimos expuestos y vulnerables ante un evento desconocido e inesperado; un unknown unknown, un cisne negro, una tormenta perfecta, que no tenía ni plan de contingencia ni reserva de gestión suficiente para hacerle frente. Y sobre todo 2020 fue el año en donde esa idea feliz de la modernidad de crecimiento continuado, a través de un uso intensivo e ilimitado de los recursos, se vino abajo; la naturaleza nos dio un toque de atención, de cansancio, de hastío y de auxilio sobre los efectos dañinos de nuestras conductas y proyectos sino incorporábamos en ellos la sostenibilidad, la equidad y el medio ambiente.

Y sin embargo y a pesar de que de repente el avión se averió en pleno vuelo y en las alturas…. milagrosamente logramos llevarlo a pista y aterrizarlo… para continuar después el viaje, aunque quizá ni tan alto y ni tan lejos, tod@s junt@s y sin que nadie se quedase atrás.

Fue en abril de 2020, el período nefasto de confinamiento de la primera oleada del COVID cuando reiniciamos las actividades del Branch de Extremadura. En ese momento cinco voluntari@s nos reunimos guiados por la curiosidad de conocernos y con la expectativa de poder contribuir de alguna manera a la mejora y la difusión de la Dirección de Proyectos en Extremadura. Gracias a los consejos y al acompañamiento del Capítulo de Madrid, en especial de Carlos Pampliega, José Barato y Luis Reyes, y a pesar de los condicionantes del momento, logramos ir de manera progresiva elaborando un pequeño programa de actividades.

    
Primero fue una mesa de discusión sobre la situación de la Dirección de Proyectos en Extremadura, a la que más adelante le siguió otra sobre las oportunidades y retos de los fondos de recuperación europeos; entre medias un pequeño pero ilusionante concurso de introducción a la Dirección de Proyectos para universitario@s ligado a unas charlas por antigu@s alumn@s miembros del Branch; y de manera periódica unas reuniones de voluntari@s para irnos conociendo y hacer equipo. 2020 no era el año para viajar alto y lejos, era el año para conocerse y entenderse y así poder viajar juntos. Creo que esto lo logramos y así al final del año sumábamos más voluntari@s y más ideas que cuando empezamos esta nueva singladura.

   

2021 debería ser para todos el año de curarnos las heridas, el año de salvar los abismos y construir sobre las lecciones aprendidas del COVID. 2021 debería ser el año de la tecnología con propósito, aquella que llega y mejora la vida al 99% de la población con independencia del hemisferio en donde se encuentren, y soñemos que así sea con la vacuna. 2021 debería ser el año de la innovación con sentido, aquella que sitúe los retos medioambientales del planeta en la primera línea de lucha. 2021 debería ser el año de la digitalización centrada en las personas, aquella que genera justicia social al eliminar barreras de acceso. En definitiva 2021 debería ser el año de la sociedad del aprendizaje, aquella que, como dice Joseph Stiglitz, entiende que la educación, la innovación y la ciencia son las únicas garantías de empleo digno y crecimiento sostenible.

   

   

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Desde el Branch de Extremadura en el 2021 continuaremos el camino emprendido. Intentaremos ser un foro para la mejora de la Dirección de Proyectos en Extremadura, a sabiendas de que esta repercute en la vida de las personas mejorando el impacto de los proyectos. Intentaremos trabajar en red con otras asociaciones de la región poniendo a su disposición nuestro conocimiento, a sabiendas de que este tejido genera una sociedad mejor y más justa. Intentaremos ser un puente para el retorno del conocimiento de aquellos extremeños y extremeñas que están fuera de nuestra región y que quieren aportar al desarrollo de esta. Y sobre todo intentaremos ser un grupo abierto y acogedor para aquellas personas que quieran contribuir a la Dirección de Proyectos en Extremadura pensando en que esta es un factor clave para el desarrollo social y económico de la región.

   

Jesús Cruz Franco